Domina el equilibrio de tu piscina: técnicas sencillas para reducir la alcalinidad y disfrutar de un agua perfecta
Si notas que el agua de tu piscina tiene una alcalinidad elevada, ¡tranquilo! Puedes corregirla fácilmente. Comienza por medir el pH y la alcalinidad total. Si supera los 120 ppm, es hora de actuar. Añade ácido muriático o ácido seco según las instrucciones del fabricante, pero poco a poco, para no pasarte. Después de cada adición, espera unas horas, vuelve a medir y ajusta si es necesario. Mantén la bomba funcionando para distribuir bien el químico. Con paciencia y precisión, lograrás un equilibrio perfecto para que tu piscina sea el oasis que siempre soñaste.
Cómo reducir la alcalinidad del agua de tu piscina
Utiliza ácido muriático o ácido sulfúrico
La manera más directa de reducir la alcalinidad de tu piscina es mediante la adición de ácido muriático o ácido sulfúrico. Estos químicos bajan tanto el pH como la alcalinidad, pero deben manejarse con cuidado. Asegúrate de seguir las instrucciones del fabricante y de añadir el ácido lentamente en el agua, preferentemente en la parte profunda de la piscina, para evitar daños en el revestimiento o en el equipo de la piscina.
Aplica ácido cítrico
Otra opción es el uso de ácido cítrico, que es un poco más suave que los ácidos muriático y sulfúrico. Aunque no es tan potente, el ácido cítrico puede ayudarte a ajustar la alcalinidad sin alterar demasiado el pH. Al igual que con los otros ácidos, debes diluirlo en agua antes de aplicarlo y esparcirlo uniformemente por toda la piscina.
Incrementa la ventilación del agua
Una técnica natural para reducir la alcalinidad es incrementar la ventilación del agua. Puedes hacerlo mejorando la circulación con los jets y usando cascadas o aireadores. El movimiento del agua ayuda a liberar dióxido de carbono (CO2), lo que a su vez puede reducir la alcalinidad del agua de manera gradual.
Realiza un tratamiento de dilución
Si la alcalinidad está extremadamente alta, puede ser necesario realizar un tratamiento de dilución. Esto significa que tendrás que drenar parte del agua de la piscina y reemplazarla con agua nueva. El agua fresca generalmente tiene una alcalinidad más baja y ayudará a balancear los niveles en tu piscina. Recuerda siempre ajustar los químicos después de rellenar la piscina para asegurar un equilibrio adecuado.
A continuación, haz funcionar la bomba de tu piscina durante al menos una hora para permitir que el ácido se mezcle bien con el agua. Luego, vuelve a medir la alcalinidad. Si es necesario, repite el proceso hasta alcanzar el rango deseado. Recuerda nunca añadir agua a los ácidos, sino siempre el ácido al agua para evitar reacciones peligrosas. Además, nunca mezcles ácidos con cloro u otros productos químicos.
Finalmente, no olvides que la prevención es clave. Mantener una rutina de mantenimiento preventivo te ayudará a evitar que los niveles de alcalinidad se disparen. Esto incluye controlar regularmente el equilibrio químico del agua, limpiar tu piscina a menudo y asegurarte de que los sistemas de filtración y circulación están funcionando correctamente. Un buen mantenimiento no solo mantendrá la alcalinidad en cheque, sino que también prolongará la vida útil de tu piscina y de sus componentes.
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